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SEGUNDA CARTA DE SAN JUAN EN AUDIO MP3

San Antonio de Padua

Biblia Católica en audio - Versión Ecuménica DIOS HABLA HOY (Con aprobación Eclesiástica)

La Segunda carta de san Juan (2 Jn), a diferencia de la primera, presenta las fórmulas características de las cartas de la antigüedad.

El autor se llama a sí mismo el anciano, sin mayor especificación. La carta está dirigida a una comunidad designada con un título simbólico, pero no se indica en qué lugar se encuentra esta comunidad.

El escrito es breve y hace referencia al amor fraterno y a la verdadera fe en Jesucristo, frente a los falsos maestros, temas tratados con mayor amplitud en la Primera carta de san Juan (1 Jn).

La carta anuncia una visita personal del autor a la comunidad. No parece probable que la Segunda carta de san Juan haya sido dirigida a la misma comunidad a la que fue dirigida la primera carta.

En cuanto al orden en que fueron escritas estas tres cartas, no hay indicios claros.



La Virgen con el Niño

Como ciervo sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a tí (Sal 42)

Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece (Sal 55, 23).

Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes (1 Pe 5, 7)

Cuando Dios entra en acción, sus enemigos se dispersan (Sal 68).

Llámame y te responderé; y te mostraré cosas grandes y secretas que tu ignoras (Jer 33,3).

Me llamará, y yo le responderé, y estaré con él en la desgracia (Sal 91).

Deja que él te instruya, grábate en la mente sus palabras (Job 22, 22).

Yo te instruiré, te enseñaré el camino, te cuidaré, seré tu consejero (Sal 32,8).

El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. El cumple los deseos de los que lo honran; cuando le piden ayuda, los oye y los salva (Sal 18-19).

Pidan y recibirán; busquen y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá la puerta (Mt 7, 7).

Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman (Rm 8,28).

Todo lo que Dios ha hecho es bueno; él, a su tiempo, provee a todas las necesidades (Eclo 39, 16).

No hay que preguntar ¿porqué esto? ¿porqué aquello? porque todo tiene un propósito (Eclo 39, 21).

No hagas mal, y el mal no te alcanzará (Eclo 7,1).

Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien (2 Tim 3, 16).










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Jesus y la Virgen Maria
 


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Gracias a la Sabiduria, se enderezaron los pasos de los mortales (Sab.9,18)