Este sitio se ve mejor con Firefox - navegador gratuito

PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS TESALONICENSES EN AUDIO MP3

1 Tesalonicenses

Descargar la Biblia Católica en audio - Versión Ecuménica DIOS HABLA HOY (Con aprobación Eclesiástica)

La Primera Carta a los Tesalonicenses (1 Ts) es la más antigua que se ha conservado de Pablo y, al mismo tiempo, es probablemente el escrito más antiguo del Nuevo Testamento.

La ciudad de Tesalónica, situada en la parte norte de la actual Grecia, era la capital de la provincia de Macedonia.

Pablo fundó la iglesia de Tesalónica en su segundo viaje misionero, después de fundar la de Filipos (cf. Hch 17.1-8). Visitó luego otras ciudades hasta llegar a Corinto (cf. Hch 17.10-18.18). Había tenido el deseo de regresar a Tesalónica, para continuar su trabajo apostólico, pero por algún inconveniente no pudo hacerlo. Desde Atenas envió entonces a Timoteo, su colaborador, para que animara a los cristianos de Tesalónica. Cuando Pablo ya estaba en Corinto, regresó Timoteo y le llevó buenas noticias acerca de la situación de la iglesia. El apóstol decidió entonces escribirles esta carta, ya que por el momento no podía visitarlos personalmente.

aves divider

La carta comienza con una Introducción que incluye el saludo de costumbre, en el que Pablo menciona también a sus colaboradores Silvano y Timoteo (1.1). Enseguida viene una acción de gracias a Dios por la vida cristiana de la comunidad de Tesalónica (1.2-10).

La parte central de la carta se divide en dos secciones.

La primera sección (2.1-3.13) se refiere al trabajo de Pablo en Tesalónica. Recuerda cómo les predicó el evangelio y cómo lo aceptaron ellos. Les da a conocer los deseos que ha tenido de visitarlos de nuevo y les comunica la alegría que tuvo al enterarse, por Timoteo, de la situación de la comunidad. Termina con una oración a Dios.

La segunda sección (4.1-5.24) es una exhortación a poner en práctica las exigencias del evangelio. En particular se detiene para dar una instrucción sobre lo que será de aquellos cristianos que ya han muerto y sobre la actitud que deben tener en espera del regreso del Señor.

La carta termina con una breve despedida (5.25-28).

Lo más probable es que la carta haya sido escrita hacia el año 50.



Angeles del Cielo

Como ciervo sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a tí (Sal 42)

Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece (Sal 55, 23).

Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes (1 Pe 5, 7)

Cuando Dios entra en acción, sus enemigos se dispersan (Sal 68).

Llámame y te responderé; y te mostraré cosas grandes y secretas que tu ignoras (Jer 33,3).

Me llamará, y yo le responderé, y estaré con él en la desgracia (Sal 91).

Deja que él te instruya, grábate en la mente sus palabras (Job 22, 22).

Yo te instruiré, te enseñaré el camino, te cuidaré, seré tu consejero (Sal 32,8).

El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. El cumple los deseos de los que lo honran; cuando le piden ayuda, los oye y los salva (Sal 18-19).

Pidan y recibirán; busquen y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá la puerta (Mt 7, 7).

Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman (Rm 8,28).

Todo lo que Dios ha hecho es bueno; él, a su tiempo, provee a todas las necesidades (Eclo 39, 16).

No hay que preguntar ¿porqué esto? ¿porqué aquello? porque todo tiene un propósito (Eclo 39, 21).

No hagas mal, y el mal no te alcanzará (Eclo 7,1).

Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien (2 Tim 3, 16).












Imagen descargar. Download icon



PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS TESALONICENSES.mp3





Virgen del perpetuo socorro
 


Código QR.

Anterior
Ir arriba
Gracias a la Sabiduria, se enderezaron los pasos de los mortales (Sab.9,18)